viernes, 7 de diciembre de 2007

El bravo pueblo

Se habla en estos días de diálogo, debate, entendimiento, pero para ello hace falta que las dos partes en cuestión estén dispuestas. Cuando una de las parte se resiste, la otra ha de insistir por la vía de la empatía, de hacer sentir al otro que es escuchado y tomado en cuenta aunque el otro siga con su pataleta. Ponerse en el lugar del otro no es fácil, no basta con repetir discursos vacíos sino que hay que ser sensible al sufrimiento humano,sin descalificarlo, sin menospreciarlo, dejar prejuicios de lado, etiquetas, pero también sin identificarse, sin sentirse aludido y enfurruñarse, es decir, con una mirada comprensiva que permita romper círculos viciosos tan profundamente instalados.

En este video se refleja cómo siente alguna gente, que no son pocos...qué respuesta darle a su sentimiento?




Herida de muerte

Mujer mal querida
Artemisa, que sólo te permites amar a un semidiós, porque ningún hombre sirve
hombre-tótem digno de confianza, depósito de lealtad
poseedor de la vida que no puedes ofrecerle a nadie
Hombre-idea que te “ideologiza” y te explica la vida de manera simple y te hace sentir segura,
te explica tu rabia y la impotencia ante la maldad
y te alivia de la culpa de tu vida de miserias.
Te saca del margen y te coloca en el centro, donde todos quieren estar,
te libra de la incertidumbre y las ambigüedades de preguntarte y no entender
te hace sentir comprendida, escuchada
es tu igual, es como tú, entiende tu padecer
dulce compañía.
Te hace ver que no eres egoísta, que no es sólo por ti que luchas,
sino por todo un pueblo, heroína y mártir
te importan tus semejantes
formados eso sí, por los que son como tú, no otros
Santifica tu acción atroz, en fin, te hace buena, y te da una razón para vivir.
Cómo no decir que sí...
Pero... también los paraísos se pierden
la muerte siempre llega...
qué pasará entonces ante el vacío de su ausencia?
y si i descubres que no eres correspondida?
que amor y poder no van juntos
que lo tuyo es una herida tan honda, tan vieja, que ni siquiera recuerdas.

1 comentario:

hectorpal dijo...

Hace falta silencio inicial de parte de uno. San Ignacio lo decia genialmente: "ha ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla"