lunes, 19 de abril de 2010

¿Somos más libres ahora que hace doscientos años?

No pensaba escribir nada sobre el 19 de abril, pero una amiga que está con el llamado proceso revolucionario, puso en su estado del facebook un comentario algo ingenuo en mi opinión, sobre la revolución, la independencia, etc. Y no pude dejar de hacerme la pregunta que encabeza este post.

Yo me pregunto si estamos mejor ahora que siendo colonia española. Supongo que hay una ganancia en cuanto al reconocimiento de la dignidad  de todos los seres humanos, de la pretensión de igualdad y participación popular a nivel de discurso, aunque la pobreza, la exclusión, la polarización, etc,  nos dejen en las mismas. Supongo que es mejor que el saqueo de nuestros bienes y recursos no lo haga un extranjero europeo o estadounidense sino corruptos en todos los estratos sociales, pero eso sí,  locales, de los nuestros. Supongo que es mejor no ser subdito de un rey blanco y lejano, que idólatra de un dirigente vernáculo.

A lo largo de la historia, el ser humano se ha inventado y lo seguirá haciendo, diferentes formas de opresión. En este país hemos estado oprimidos por los colonizadores, los dictadores, las transnacionales, el mercado, el imperio, las luchas políticas. Doscientos años después de la firma del acta que antecede a la gloriosa  independencia del año siguiente, seguimos estando oprimidos, ahora por el hampa, la impunidad, el miedo, la escasez  no sólo de insumos sino también de ética y valores y aunque algunos ni siquiera se den cuenta, oprimidos por el consumo desmedido y la superficialidad.

Libertad es una palabra que nuestra boca pronuncia pero que nadie tiene la menor idea de lo que significa, nos rasgamos las vestiduras pidiendo libertad de expresión y no hacemos sino repetir discursos de otros que a su vez repiten discursos. No puede haber libertad de pensamiento donde hay adoctrinamiento e ideologización. No hay libertad de acceso a la información cuando la información está sesgada y manipulada. No hay libertad de transito cuando vivimos paranoicos y desconfiados por la calle.

Somos esclavos de nosotros mismos, quizás por eso algunos optan por el suicidio como única acción libre en la vida. Quizás la libertad  sólo venga con la muerte, a pesar de que para los cristianos, la iglesia todavía insista en la opresión después de la muerte con infiernos y purgatorios.

¿Libertad? ¿Cuál libertad? Libertad del adolescente que cree que por cumplir 18 años ya es libre. Cuando uno es verdaderamente independiente, no celebra cada año el día en que se fue de casa de su madre, uno hace su vida, madura, integra y hasta perdona. A mí que me digan apátrida o traidora pero es que esto de celebrar derramamientos de sangre, por muy necesarios que sean  para la formación identitaria me parece un exceso de tetosterona.  Quisiera tener en mi imaginario no sólo relatos de opresión, de cuentas pendientes, de autoafirmación bélica. Quisiera tener la sensación de que no me roban, la lluvia, el verdor, la primavera, de que no me roban abril.

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